Las estafas bancarias son cada vez más frecuentes en Argentina. La Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI) indicó que en 2023 las denuncias aumentaron un 45% y llegaron a más de 35.000 casos. Por este motivo, los clientes de bancos deben ser prudentes a la hora de usar los cajeros automáticos y, en especial, cuidar sus datos personales.
Una de las estafas más comunes es facilitada por los propios usuarios con los comprobantes que los clientes arrojan a la basura una vez concretada la operación. En el papel aparecen los siguientes datos que son muy valiosos para los usuarios: últimos dígitos de la tarjeta, la hora de la transacción, el monto retirado, el saldo de la cuenta y el número de la transacción.
WhatsApp: los cuatro datos que nunca debes compartir para evitar estafasCon respecto a esto, los expertos en ciberseguridad indicaron que es preferible evitar imprimir los comprobantes de las transacciones bancarias. Por otro lado, puede ser una buena alternativa destruirlos de manera segura o, si es necesario, conservarlos temporalmente, ya que es una medida eficaz para reducir el riesgo de fraude y proteger la información personal y financiera.
Una por una, las medidas de seguridad bancarias que siempre hay que aplicar
Ahora bien, es importante que al momento de realizar operaciones bancarias, ya sean en un cajero automático o por medio del home banking, los clientes sigan adelante algunas recomendaciones para evitar estafas:
No compartir las claves con nadie: ninguna persona o entidad legítima le debe pedir a un usuario ingresar sus claves, números de Token de Seguridad, o información similar a través de e-mail, redes sociales, cadenas de WhatsApp o SMS.
No proporcionar datos completos de tarjetas o cuentas: ningún operador de banco puede solicitar la información completa de la tarjeta de crédito o débito, incluso mientras asisten al usuario en un cajero automático. Asimismo, en el caso de recibir ayuda telefónica, nunca se debe compartir las claves ni realizar pagos a través de estas llamadas.
Verificar la identidad del remitente: es fundamental asegurarse de que las direcciones de correo electrónico tengan tildes de validación y que las URL del banco comiencen con “HTTPS” y muestren un candado, lo que indica que son seguras.
Mantener las alertas de consumo activadas: es recomendable activar las notificaciones desde el home banking para recibir información en tiempo real sobre los gastos y movimientos realizados con las tarjetas. En el caso de recibir un llamado, correo electrónico, o mensaje de texto de una empresa que solicita datos de la tarjeta, hay que cortar la comunicación y utilizar los números de teléfono que figuran en el reverso de la tarjeta para verificar.
Actualizar regularmente las contraseñas: cambiar las claves de acceso periódicamente y utilizar combinaciones de letras, números y símbolos para aumentar su complejidad.
Evitar acceder a la cuenta bancaria desde redes wifi públicas: utilizar solo conexiones seguras y privadas para acceder al home banking, ya que las redes públicas pueden ser vulnerables a ataques.
Desconfiar de ofertas o premios sospechosos: si se reciben mensajes o llamadas que ofrecen premios o beneficios inesperados y solicitan los datos personales o financieros, hay que verificar siempre la fuente antes de proporcionar cualquier información.